FRANCISCO BAENA JIMÉNEZ: ASESINADO POR LA FE, SILENCIADO POR LA HISTORIA

Publicado el 7 de agosto de 2025, 2:32

Cada 7 de agosto, mi familia recuerda con dolor y orgullo a Francisco Baena Jiménez, abogado, padre de cinco hijos, y secretario del Ayuntamiento de Torrelaguna. Fue asesinado en 1936 por negarse a colaborar con la violencia, por ayudar a quienes eran perseguidos, y por no renunciar a su fe ni a su dignidad. Esta es su historia, y la de su silencio.

 

7 de agosto de 1936: un recuerdo necesario

Francisco Baena Jiménez fue fusilado en la capilla del convento de monjas de clausura de las Concepcionistas Franciscanas, en Torrelaguna, por milicianos de la CNT/FAI. Su crimen fue moral: se negó a entregar un listado de bienes de la localidad, protestó contra la voladura del monumento al Cardenal Cisneros, y ayudó a escapar a monjas y sacerdotes.

No fue una víctima de "los nacionales", como se ha escrito falsamente. Fue una víctima de la represión republicana, a pesar de haber sido un funcionario fiel a la II República. No huyó, no conspiró, no traicionó. Hizo lo correcto y fue ejecutado por ello.

Una guerra civil también contra la conciencia

Tras el golpe de 1936, muchas zonas quedaron sin control institucional. En Torrelaguna, como en otras localidades de la zona republicana las fuerzas milicianas anarquistas impusieron su propia ley. el convento fue ocupado y comenzaron las delaciones y represalias. Antes incluso del estallido oficial de la guerra, ya se había dinamitado el monumento a Cisneros, un acto que indignó a mi abuelo. Su protesta pública lo marcó

Fuente: testimonio familiar documentado por un párrafo de la carta escrita por el hermano menor de mi padre, Francisco,  y dirigida a unas personas amigas de la familia que se interesaban por los Baena Tocón, además de los relatos orales escuchados a mi abuela, tíos y mi propio padre.

 

Con conocimiento de causa y consciente del peligro, ayudó a religiosos a esconderse o huir. Salvó a D. Juan Ricote, facilitó ropa civil a las monjas. Pero no todos escaparon: D. Fermín y D. Alejandro no quisieron esconderse: "no hemos hecho mal a nadie", dijeron. Fueron asesinados poco después.

Francisco fue finalmente detenido. Lo ejecutaron en la capilla del convento junto a un compañero de profesión y el hijo adolescente de este. Su cuerpo fue arrojado a una fosa común y no pudo ser exhumado hasta el final de la guerra. Mi padre lo identificó por la ropa que llevaba. El trauma fue tan grande que, según contaba mi abuela y alguna de sus hermanas, se le cayó el cabello a mechones

Padre de familia y figura protectora

Francisco Baena Jiménez no era un político ni un militar. Era un padre responsable y culto, querido por su familia y respetado como funcionario. Educó a sus hijos en el estudio y en la fe.

En los días más convulsos de 1936, fue su esposa quien, ante el asesinato de su esposo, trató de salvar la vida de su hijo mayor (mi padre), quien preparaba oposiciones en Madrid, tras haber terminado su Licenciatura en Derecho,  enviándole un mensaje a través de una mujer que arriesgó su vida para avisarle. Durante años se creyó que esta mujer era la presidenta de Acción Católica, amiga de la familia, pero investigaciones posteriores y recientes contrastando datos con la Postuladora de la Causa de los Santos del Arzobispado de Alcalá de Henares revelaron que parece no concordar con los datos de esa señora. Así, pues, la identidad de la mujer que llevó el mensaje se desconoce, pero se sabe que fue torturada y asesinada.

El valor silencioso de quienes protegieron

A esa mujer la mataron con una crueldad extrema: le arrancaron la lengua antes de matarla. Por hablar. Por ayudar. Por no callar. (Curiosamente, la casa en la que vivía esa señora hoy es propiedad de un historiador local que me ha ayudado al estudio y reconstrucción de los hechos a quien conocí casualmente en Torrelaguna, hoy gran amigo)

Esa historia se sumó a las muchas que fueron transmitidas en voz baja, entre susurros, en las cocinas de mi familia. Mi abuela lloraba cada vez que lo recordaba. Mi padre no hablaba. Y nosotros, nietos y bisnietos, crecimos sin saber del todo lo que había pasado.

Hoy, tras recuperar documentos, testimonios y archivos, contamos su historia con voz firme y sin miedo.

 

Fuentes:
– "El asesinato de mi abuelo Francisco Baena Jiménez", en: www.antonioluisbaenatocon.es/l/el-asesinato-de-mi-abuelo-francisco-baena-jimenez-abogado-y-fiel-funcionario-de-la-ii-republica
– "Francisco Baena Jiménez, fusilado en la Guerra Civil", en: habilitados-nacionales.com/noticias/fusilado-en-la-guerra-civil-89

 

Continuará en la siguiente entrada: "Una fosa y un exilio: lo que la historia no cuenta".