DOSSIER CRÍTICO: MIGUEL HERNÁNDEZ, ENTRE LA OBRA Y EL MITO

Publicado el 30 de septiembre de 2025, 2:32

Introducción

Miguel Hernández fue un poeta excepcional, marcado por la pobreza, la guerra y la cárcel. Su obra conserva una fuerza lírica y testimonial incuestionable. Pero el uso público de su figura ha ido mucho más allá de su poesía: convertido en icono político, símbolo de marca cultural e incluso recurso económico, Hernández se ha transformado en un mito con vida propia.

No se trata de menospreciar su valor literario ni su tragedia personal, sino de señalar cómo el endiosamiento institucional y académico corre el riesgo de distorsionar al hombre y a su obra.

 

1. La mitificación reconocida

La propia Fundación Miguel Hernández admite que el poeta está rodeado de una “aureola simbólica y mítica” añadida por panegíricos y homenajes sucesivos, que a menudo van más allá de la obra.
🔗 Fundación MH — Vitrina 7: Recepción crítica

El crítico lo expresa con claridad: “toda mitificación es una malversación de la verdad”. Cuando se sacraliza, se corre el riesgo de fabricar un mito ajeno al escritor real.

 

2. Hiperconmemoración institucional

El Centenario de 2010 se convirtió en un despliegue de actos oficiales, congresos, rutas, murales y homenajes sin descanso. El catálogo recoge incluso la rotulación de la estación intermodal de Orihuela y de un avión de Iberia.
🔗 Catálogo completo del Centenario (PDF)

Más que homenaje, parece un proceso de hiperconmemoración en el que el poeta se convierte en una marca cultural rentable.

3. El caso del aeropuerto: mito como “branding”

En 2016 el Gobierno aprobó que el Aeropuerto de Alicante-Elche pasara a llamarse “Miguel Hernández”.
🔗 Europa Press — decisión oficial

La medida fue celebrada como acto de justicia histórica, pero también criticada en Elche por la falta de consulta ciudadana.
🔗 Cadena SER — críticas locales

En el acto inaugural, las autoridades hablaron del poeta como “universal” y “símbolo de libertad”, en un tono claramente hagiográfico.


4. Propaganda y militancia: bases del mito

Durante la guerra, Miguel Hernández se volcó en la propaganda poética y en el discurso político militante, lo que explica su posterior instrumentalización como icono de la izquierda.
🔗 Biblioteca Virtual Cervantes — “Propaganda poética en Miguel Hernández (1936-1939)”

También se ha recordado su papel en el Quinto Regimiento, bajo el apodo de “el comisario Hernández”, algo que contrasta con la imagen beatificada de víctima pasiva.
🔗 Nueva Revista — “El comisario Hernández”


5. Biografía, tópicos y negocio

Muchos ensayos académicos se han dedicado a desmontar tópicos: el “pastor-poeta” como cliché, la versión monolítica del hombre bueno sin fisuras, etc.
🔗 Andrés Salom — Miguel Hernández: ¿pastor poeta… o poeta pastor? (Cervantes Virtual)

El propio José Luis Ferris, biógrafo principal, insistió en que su objetivo era “desmontar falsos mitos y humanizar” a Hernández:
🔗 Entrevista a Ferris — La Vanguardia

Sin embargo, Ferris también se ha alineado sin fisuras con Ríos Carratalá, defendiendo un corporativismo académico que ha pesado más que el afán de verdad biográfica. Este es un tema que merece una entrada propia: cómo incluso quienes dicen desmontar mitos, participan del engranaje institucional que los refuerza.

Conclusión

Miguel Hernández merece ser leído, no convertido en tótem. Reconocer su talento y su tragedia no debería significar elevarlo a santo laico ni explotarlo como marca cultural. Hoy, su nombre está en aeropuertos, fundaciones, centros educativos, murales, rutas turísticas y congresos académicos. Detrás de ese despliegue hay un entramado de políticos, editores, periodistas, catedráticos y gestores culturales que viven del mito.

La pregunta no es si Miguel Hernández merece memoria —la merece—, sino si este culto desmedido no termina por ocultar al hombre de carne y hueso, con sus contradicciones y su contexto, al tiempo que convierte su figura en arma ideológica.

📌 Referencias adicionales para ampliar